martes, 26 de octubre de 2010

Novela Corrupto yo? Capítulo II

Capitulo dos

Los comienzos

Los primeros recuerdos de mi vida se remontan a los 7 años, viviamos en Las Palmas, un barrio popular contruido por El Estado al sur de la ciudad, donde nos mudamos unos dos años antes procedentes del barrio Boston, al norte de Barranquilla, donde nací.
La situación de la casa era díficil, mi padre no tenía trabajo fijo y le tocaba trabajar en lo que apareciera; vendió tinto en el norte, embetunaba zapatos en el centro, fué albvañil, instalador de cañerías, mecànico, chofer de bus, taxista, vendedor de cigarrillos, lo que saliera. Yo le ayudé en alguno de esos trabajos. Una vez un compadre le dió un carro particular, un ford 48, para que se rebuscara haciendo carreras piratas, yo lo acompañaba, saliamos. Las 5 de la mañana

Novela Corrupto yo?

miércoles, 13 de octubre de 2010

Novela

Corrupto yo?

Capitulo uno

La captura

El día que me capturaron, sabía que eso sucedería, lo presentía, ese lunes 21 de abril estuve toda la mañana intranquilo, quería irme, dejar de vivir con Petra, por causa de su anormal y bochornoso comportamiento del viernes 18.

Quería regresar donde Isabel, mi esposa, la mamá de Lucía, no sabía como hacerlo, no era fácil que me recibiera después de haberme ido a vivir con otra mujer teniendo lucía tan solo 6 meses.
Después de lo sucedido el último viernes, había pasado un fin de semana reconciliado con Petra y ella se estaba portando cariñosa y amante, pero sentía que algo se había roto en mi, no confiaba en ella, durante esos tres días la idea de irme no me abandonó un instante y tan solo hasta el lunes llegó la oportunidad de hacerlo.
Petra por fin me dejó solo, se fué a trabajar temprano y llegó al medio día, almorzamos, descansamos , hicimos el amor y se fue de nuevo al trabajo. Apenas salió lo decidí, llamé a Isabel y le dije que iba para su apartamento que me recibiera, con desgano dijo que sí, que fuera pero que ella no estaría porque tenía que asistir a la universidad, que la empleada me esperaría y que los niños estarían allí, asentí.
Abandoné con tristeza el refugio donde había estado los últimos cuatro meses escondido, huyendo de la justicia y disfrutando de la compañía de la mujer que me tenía enamorado y a quién dejaba después de perderle toda la confianza. Tomé algunas pocas cosas y me fui en mi auto rumbo a mi casa, de donde nunca debí salir. Al lado de los pequeños y de mi joven y abandonada esposa.
Cuando llegué al edificio José, el vigilante, ya había abierto el portón, miré a todos lados, todo estaba tranquilo, entré, saludé al vigilante y subí al ascensor y marqué el piso 5, cuando la puerta se abrió ya la empleada estaba esperándome afuera con la pequeña Lucía en sus brazos, la niña irrumpió en llanto al verme, intenté cargarla y lloró mas, entré a la habitación me quité la camisa negra y me lancé a la cama, me sentí tranquilo y me invadió una calma, la calma de quién llega a su hogar después de un largo viaje, cerré los ojos y me dormí.
Media hora después llegó Isabel, me saludó algo molesta e indiferente, dijo que tenía que salir, le pedí que se quedara, que quería hablar con ella, no aceptó, logré que me diera un beso y me prometió que regresaría enseguida y se alejó.
No me gustó que después de tantos meses Isabel me dejara solo, pero me calmé porque Lucía había dejado de llorar y permitió que la cargara. Entonces llegaron ellos, los chuzadores, los del Das. Sonó el timbre le pedí a la empleada que preguntara quien era y una voz respondió que era un vecino, no creí, pensé que eran secuestradores que venían por mi, le dije a la empleada que abriera y corrí a la habitación y cerré la puerta, al escuchar el estruendo y los gritos salí y allí estaban los chuzadores que venían por mi, me alteré por el engaño de decir que era un vecino y discutí fuerte con ellos mientras uno grababa todo, llegó el fiscal, Rodrigo Restrepo, al verlo me calmé un poco, era conocido y decente no como los chuzadores a quienes no les importó que había una bebita llorando, le pedí a Rodrigo que me dejara colocar una camisa y aceptó, fuí al closet y saqué un sueter morado, me di cuenta de que tenía el pantalón mojado, me había orinado, me lo quité y me coloqué un jean y el sueter Lacoste, el de la cámara seguía allí, no dejaba de filmar. La filmación oficial la presentaron en las noticias de las 6, los chuzadores me presentaron como un gran golpe, como un positivo, positivo, la captura del mayor corrupto de la región; un periódico local colgó el video en su página electrónica y todavía hoy se puede ver mi verguenza pública, le pedí al fiscal que me llevara directo a la cárcel Modelo, me dijo que si, pero no cumplió me llevó a los calabozos tenebrosos del Das allí pasé la noche.
Cuando llegué al Das Petra ya estaba allí me abrazó con sentimiento y los chuzadores la apartaron con fuerza, entré y me llevaron directo al calabozo allí estaba Cristian, un detective del das que estaba detenido por su supuesta participación en la "masacre de Puerto Velero", lo conocí en octubre cuando me presenté voluntariamente a indagatoria y me tocó dormir alli porque el fiscal estaba ocupado y solo podia escucharme al día siguiente. Cristian se portó atento y me prestó un teléfono que tenía escondido, llamé a Petra y le pedí comida y artículos de aseo personal.
Petra llegó con comida y ropa, estaba bonita y parecía triste, me beso largo y me olvidé de su mal comportamiento del viernes, después me dijo que Isabel estaba afuera que quería entrar a verme, rogó que no la recibiera, que no le permitiera entrar, porque eso la dejaría a ella en una situación incomoda ante todos, le prometí que no permitiría que Isabel entrara; mientras comiamos entró un guardía anunciando la visita de Isabel, le hice saber que no la recibiría y que le dijera que se fuera que ella no tenía nada que hacer allí, el funcionario se sorprendió y preguntó el por qué: Porque no me da la gana!, dije con fuerza.

Petra se fué con la esperanza de volver en la mañana y se las ingenió para mandarme una notica con uno de los de las chuza-das.
Esa notica la conservé todo este tiempo, en ella escribió:
"Papasito estoy contigo te amo y te adoro, confío en ti y en la fortaleza que Dios te ha dado. RESISTIRÉ así como tu RESISTIRÁS, porque eres un hombre de batallas, Dios no te dió espíritu de cobardía, te amo y te adoro mi querido gargame. Estate tranquilo, ten calma que ahora solo dispones de eso.
Yo también soñaré contigo Rey, te pienso, no me decepciones, pa'lante si Dios permitió que esto
Sucediera es porque obra por senderos misteriosos.
Cuidate amor mañana te traigo comida y ropa.
Descansa amor, confía en el poderoso, estoy contigo, tu cruela que te ama."

Esa nota me permitió dormir en ese calaboso humedo y oscuro, tirado en una plancha de concreto pelada.

A la mañana siguiente me desperté temprano, me bañé y esperé a Petra quién traería el desayuno, llegó temprano, nos besamos con ternura y desayunamos. Llegó un guardía y le dijo a Petra que saliera, salió y el guardía me esposó con las manos en la espalda y entraron dos orangutanes vistiendo chalecos antibalas y armados con fusiles, me asusté, pero no lo demostré, pregunté que para donde me llevaban y dijeron que al despacho del director, salí de esos calabosos como un peligroso criminal y me llevaron a un patio donde me esperaba toda la prensa de la ciudad, me sacaron para la foto, saludé a algunos periodistas amigos, especialmente a los compañeros Saturnino Vasquez y a Rafa, ambos trabajaron conmigo en el periódico de mayor circulación en la ciudad y a los tres nos botaron cuando fundamos el sindicato.
Estando en presencia de la prensa grité con los pulmones hinchados: " estamos en la casa de los asesinos de Alfredo Correa, que viva Alfredo!" Y expliqué que toda esa retaliación se debía a que nunca acepté entregarle dinero al jefe local de las chuza-das.

Me sacaron del edificio me empujaron dentro de un vehículo y nos dirigimos a la cárcel La Modelo, en el recorrido el conductor cometió dos infracciones de tránsito, pasó un semaforo en rojo y viró a la izquierda en una intersección donde no se permitía ese giro, se lo dije y se molestó; ya usted no está en Metrotránsito, está es preso,dijo.